El mercado sucumbe al plan de la Fed que contempla tres recortes en lugar de seis en 2024

El mercado sucumbe al plan de la Fed que contempla tres recortes en lugar de seis en 2024

  • Las expectativas se alinean con la proyección de la Reserva Federal en el año
  • La referencia de EEUU caerá 75 puntos básicos, la mitad de lo previsto en enero
  • Las ventas de bonos estadounidenses revelan el cambio de paradigma

Al comienzo del 2024 la mayor parte de expertos y firmas de análisis barajaban una rápida relajación de la política monetaria en Estados Unidos, justificada principalmente por la caída de la inflación. No obstante, los planes de la Reserva Federal (Fed) no reflejaban el recorte de tipos de interés de 150 puntos básicos que llegó a barajar el mercado para este año. Ahora el consenso de expertos enfría sus propias previsiones a la mitad, hasta alinearse con el dot plot de la Fed.

Una de las cuestiones que ha generado más debate en el mercado de renta fija en los últimos meses es la diferencia de expectativas que se habían generado entre los mercados y la propia Reserva Federal, en torno al ciclo de recortes de tipos de interés que ya está a punto de comenzar. La Fed publica cada tres meses las expectativas de tipos que mantienen los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (el conocido como dot plot), los pesos pesados de la institución que votan en cada reunión de política monetaria, y al cierre de 2023 estos apuntaban a que habría tres recortes de tipos de 25 puntos básicos este año.

Este escenario, sin embargo, era muy diferente de lo que estaban descontando los inversores, que han llegado a comprar seis recortes de tipos para 2024. La prueba está en que los swaps de tasas de interés (acuerdos para intercambiar efectivo entre la Fed y una entidad) para diciembre de este año están rondando el 4,7% frente a los tipos actuales de la Reserva Federal que está en el 5,5%: 75 puntos básicos de diferencia.

A medida que las previsiones macroeconómicas mejoraban para el gigante estadounidense y cada vez más analistas y gestores descartan que vaya a producirse una recesión en los próximos meses, el mercado ha recalibrado sus expectativas de tipos y ha pasado a descontar tres recortes en Estados Unidos. Con un entorno de crecimiento económico más fuerte de lo esperado, gana fuerza la posibilidad de que la inflación se revuelva y que la tarea de alcanzar el objetivo de estabilidad de precios de los bancos centrales, el 2%, vaya a ser más complicada de conseguir de lo que se esperaba.

De hecho, el dato de inflación que se ha publicado en febrero, correspondiente al primer mes del ejercicio, ha contribuido a sembrar las dudas entre los inversores: la inflación en enero avanzó a un ritmo del 3,1%, por encima de las previsiones de los analistas, que apuntaban al 2,9%. Este incremento más rápido de lo previsto confirma los peores temores de quienes esperan que el monstruo inflacionista todavía no haya dicho su última palabra en este ciclo. Ahora, el dato de inflación del mes de febrero, que se publicará el próximo 12 de marzo, gana peso en el mercado por la posibilidad de que vuelva a generar una reacción por parte de los inversores si termina volviendo a sorprender al alza.

Al margen del dato de febrero, la realidad es que la Fed ha terminado consiguiendo que el mercado asuma su escenario central de tres recortes de tipos en 2024. El propio Jerome Powell ha sugerido la posibilidad, que también apoyan otros analistas, de que el tipo neutral en Estados Unidos (el nivel en el que el precio del dinero que establece la Fed no afecta, ni al alza ni a la baja, al crecimiento económico en el país) sea ahora algo más elevado de lo que era antes de la pandemia. De ser así, la economía estadounidense no necesitaría tantos recortes de tipos en este ciclo, una realidad que haría encajar las piezas del puzle en las que se han convertido las distintas expectativas de tipos en los últimos meses.

Otro peso pesado de la institución, John Williams, presidente de la Fed de Nueva York, ha insistido este miércoles en que todavía «queda trabajo por hacer en el camino hacia una inflación del 2%», un mensaje que puede contribuir a enfriar más las expectativas de los inversores decara a ver recortes de tipos agresivos este año. Williams quiere evitar cantar victoria antes de tiempo y reconoce que la Fed podrá empezar a bajar el precio del dinero «más adelante este año».


Al comienzo del 2024 la mayor parte de expertos y firmas de análisis barajaban una rápida relajación de la política monetaria en Estados Unidos, justificada principalmente por la caída de la inflación. No obstante, los planes de la Reserva Federal (Fed) no reflejaban el recorte de tipos de interés de 150 puntos básicos que llegó a barajar el mercado para este año. Ahora el consenso de expertos enfría sus propias previsiones a la mitad, hasta alinearse con el dot plot de la Fed.

Una de las cuestiones que ha generado más debate en el mercado de renta fija en los últimos meses es la diferencia de expectativas que se habían generado entre los mercados y la propia Reserva Federal, en torno al ciclo de recortes de tipos de interés que ya está a punto de comenzar. La Fed publica cada tres meses las expectativas de tipos que mantienen los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (el conocido como dot plot), los pesos pesados de la institución que votan en cada reunión de política monetaria, y al cierre de 2023 estos apuntaban a que habría tres recortes de tipos de 25 puntos básicos 

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Este escenario, sin embargo, era muy diferente de lo que estaban descontando los inversores, que han llegado a comprar seis recortes de tipos para 2024. La prueba está en que los swaps de tasas de interés (acuerdos para intercambiar efectivo entre la Fed y una entidad) para diciembre de este año están rondando el 4,7% frente a los tipos actuales de la Reserva Federal que está en el 5,5%: 75 puntos básicos de diferencia.

A medida que las previsiones macroeconómicas mejoraban para el gigante estadounidense y cada vez más analistas y gestores descartan que vaya a producirse una recesión en los próximos meses, el mercado ha recalibrado sus expectativas de tipos y ha pasado a descontar tres recortes en Estados Unidos. Con un entorno de crecimiento económico más fuerte de lo esperado, gana fuerza la posibilidad de que la inflación se revuelva y que la tarea de alcanzar el objetivo de estabilidad de precios de los bancos centrales, el 2%, vaya a ser más complicada de conseguir de lo que se esperaba.

De hecho, el dato de inflación que se ha publicado en febrero, correspondiente al primer mes del ejercicio, ha contribuido a sembrar las dudas entre los inversores: la inflación en enero avanzó a un ritmo del 3,1%, por encima de las previsiones de los analistas, que apuntaban al 2,9%. Este incremento más rápido de lo previsto confirma los peores temores de quienes esperan que el monstruo inflacionista todavía no haya dicho su última palabra en este ciclo. Ahora, el dato de inflación del mes de febrero, que se publicará el próximo 12 de marzo, gana peso en el mercado por la posibilidad de que vuelva a generar una reacción por parte de los inversores si termina volviendo a sorprender al alza.

Al margen del dato de febrero, la realidad es que la Fed ha terminado consiguiendo que el mercado asuma su escenario central de tres recortes de tipos en 2024. El propio Jerome Powell ha sugerido la posibilidad, que también apoyan otros analistas, de que el tipo neutral en Estados Unidos (el nivel en el que el precio del dinero que establece la Fed no afecta, ni al alza ni a la baja, al crecimiento económico en el país) sea ahora algo más elevado de lo que era antes de la pandemia. De ser así, la economía estadounidense no necesitaría tantos recortes de tipos en este ciclo, una realidad que haría encajar las piezas del puzle en las que se han convertido las distintas expectativas de tipos en los últimos meses.

Otro peso pesado de la institución, John Williams, presidente de la Fed de Nueva York, ha insistido este miércoles en que todavía «queda trabajo por hacer en el camino hacia una inflación del 2%», un mensaje que puede contribuir a enfriar más las expectativas de los inversores decara a ver recortes de tipos agresivos este año. Williams quiere evitar cantar victoria antes de tiempo y reconoce que la Fed podrá empezar a bajar el precio del dinero «más adelante este año».

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La deuda americana refleja el cambio de expectativas

El cierre del mes de febrero en el mercado de renta fija refleja el impacto que ha tenido el nuevo cambio de expectativas por parte de los mercados de cara al recorte de tipos de la Fed. El mes ha sido negativo, en general, para los bonos, y vuelve a desafiar a la mayor parte de analistas, quienes defienden que la renta fija ofrece ahora una buena oportunidad de inversión por las rentabilidades a vencimiento que se han llegado a alcanzar. El impacto del retraso del recorte de tipos en EEUU y la expectativa de que este será menor de lo que se descontaba antes ha eclipsado el atractivo que presentan los bonos para los inversores durante el mes de febrero.

La categoría de bonos estadounidenses que recoge tanto los corporativos como los soberanos ha caído en febrero por precio más del 1,56%, una de las correcciones más fuertes que se han visto en el mercado de deuda en este periodo, según los principales índices que recoge Bloomberg. En el mismo periodo el índice de bonos europeos cae un 1,36%, mientras que los bonos de países emergentes han dejado un resultado positivo durante el mes, con una subida del 0,2%. El bono estadounidense con vencimiento a 10 años, el activo libre de riesgo por excelencia en el mercado, cierra febrero en el entorno de máximos del año por rentabilidad, en el 4,3%. Las pérdidas que deja por precio desde el primer día del ejercicio ya alcanzan el 3,4%.

En lo que va de año, los rendimientos del bono a diez años estadounidense han subido más de 50 puntos básicos hasta volver a superar el 4,3%. Y los títulos con vencimiento a un año superan de nuevo el 5%: máximos del año. «Los funcionaros de la Reserva Federal podrían preparar el terreno para la revisión al alza sus expectativas de tipos [en la cita de marzo]. Con esto en cuenta, no se pueden descontar subidas temporales de los rendimientos de los bonos de EEUU», explicó el director de inversiones de renta fija en Julius Baer, Markus Allenspach.

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